Ribera de Duero

Vino joven: Esta categoría corresponde a vinos jóvenes con menor tiempo de envejecimiento en barrica. En general, el vino roble pasa entre 3 y 6 meses en barrica. Aúna las virtudes propias del vino joven (que se consume dentro del primer año), es decir, enérgico y afrutado, con el aroma y sabor propio de la madera, consecuencia del paso por barrica. Los buenos robles, en general, utilizan su breve crianza para resaltar más las notas florales y frutales del vino. Un vino joven es ideal para tomar con aperitivos, comidas ligeras, pastas y carnes blancas como el pavo y el pollo. También marida perfectamente con quesos suaves, setas y embutido.

Vino crianza: Los vinos crianza son aquellos que tienen un envejecimiento de, al menos, 24 meses. De ellos, deben pasar en barrica entre 6 y 12 mesesEl resto del tiempo de maduración se lleva a cabo en la botella, que debe permanecer horizontal y sellada con corcho, lejos de la luz y con apenas paso del oxígeno. En Ribera del Duero, dicha crianza en barrica deberá ser de, al menos, 12 meses. Si hablamos de vinos rosados y blancos, el tiempo de envejecimiento total desciende a 18 meses, pero el periodo que debe pasar en barrica es el mismo que para los tintos. El periodo de crianza dotará al vino de su aroma y sabor característico. Pero las barricas deben trasegarse periódicamente para separar los residuos, que se van depositando en el fondo y que, si no se retiran, podrían estropear el vino.Un vino crianza puede aguantar entre cinco y diez años, dependiendo de sus condiciones de almacenamiento. El vino crianza marida a la perfección con carnes rojas tanto a la brasa como a la plancha, con los asados de caza y con el intenso sabor del queso curado.

Vino Reserva: El periodo de envejecimiento de los vinos reserva ha de ser de 3 años, como mínimo. De ellos, al menos 12 meses deben ser en barrica y el resto en botella, bajo las mismas condiciones ya descritas para los vinos crianza. Estos periodos se acortan para los vinos blancos y rosados, cuyo envejecimiento se sitúa en los 18 meses, y deben ponerse a la venta una vez cumplidos los dos años. Una historia que seguro que no conocías es que el origen de la palabra “reserva” viene de Rioja, dónde la gente hacía una “reserva” de un vino de crianza en un año de gran calidad para guardar el vino durante unos años, así como una “gran reserva” en añadas excepcionales. La vida total de un buen vino reserva es superior a la del crianza. Quiere esto decir que una botella que tenga más de 10 años de edad estará aún en condiciones óptimas de ser consumida. Los vinos reserva maridan exquisitamente con los guisos de caza menor y con carnes gelatinosas, como el rabo de toro o los callos.

Gran Reserva: Para la categoría más prestigiosa del vino quedan reservados los largos periodos de envejecimiento, que deben ser de unos cinco años (60 meses). De ellos, en la mayoría de regiones españolas, al menos 18 meses deben transcurrir en barrica y el resto en botella. En Ribera del Duero, sin embargo, dicha estancia en barrica debe ser de al menos 24 meses. En el caso de los vinos rosados y blancos, se considerarán gran reserva cuando pasen no menos de 48 meses envejeciendo, de los cuales 6 han de ser en barrica. El vino gran reserva debe maridarse con asados de caza para degustarlo en su máximo esplendor, pero también potenciará el sabor de los platos de la cocina más actual.